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ENEAGRAMA

El eneagrama es una aventura que comienza cuando encontramos “el mapa de un tesoro” que nos llevará toda la vida encontrar. La “travesía del buscador” es tan importante como lo son los descubrimientos y las relaciones que encontramos en el trayecto.

 

F. De Lucca

Desde nuestro nacimiento, necesitamos crear condiciones para generar vínculos donde obtener y ofrecer amor.

Padres, hermanos, pares y demás personas del entorno en el cual nos movemos, provocan en nosotros diversas reacciones que nos desafían a adaptarnos creativamente para obtener la satisfacción de nuestras necesidades.

Entonces, nuestra creatividad y adaptación a múltiples situaciones positivas junto a las naturales frustraciones, forman un complejo sistema que coopera y nos protege en cada momento presente. Esto es básico e ineludible en cada uno de nosotros.

Sin embargo, el uso y el abuso de este sistema adaptativo que hemos “creado”, nos termina bloqueado y condicionando para tomar contacto con el presente de cada pensamiento, sentimiento o acción.

Este escenario de repeticiones defensivas nos limita de tal forma para ir más allá de lo conocido, que terminamos considerando cada instante de nuestra existencia como vulgar e insustancial. A estas reiteraciones, redundancias y monotonías en cuanto formas de ver el mundo interno y externo, le llamaremos: ego.

El ego es una forma que toma la vida al estar desconectada del momento presente.

El ego es una compleja estructura defensivo-adaptativa que se clona a si misma ante la dificultad de dar respuestas creativas.

Básicamente, la más común de las trampas del ego es la de considerar que por nuestros aciertos y triunfos somos sencillamente importantes. El ego nos hace sentir limitados, acorralados, aburridos y depresivos ante tanta dificultad para dar respuestas creativas en cada situación presente. Esta formación interna nos hace vivir creyendo que somos de la manera que no somos.

El ego es por lo que venimos viendo, una organización, un arreglo, un acuerdo, una negociación que necesita ser descubierta.

¿Para qué?

Para volver a vivir la vida.

¿Qué queremos decir con esto?

Vivir realmente la vida o estar cada vez más presentes en cada momento de nuestra existencia es como veníamos diciendo, la propia naturaleza humana. Esto ya vimos que nos devolvía la alegría y el sentido de las cosas. El ego nos hipnotiza, nos roba, nos escamotea, nos confunde de este cometido fundamental que tiene la vida.

Necesitamos comprender esto claramente: el ego ha de ser descubierto en relación a su génesis y su funcionamiento preciso.

¿Cómo?

A través de una descripción exacta y comprobable.

El Eneagrama comienza por aquí.

El camino para el conocimiento serio del ego nos conduce naturalmente a tomar en cuenta cuatro aspectos fundamentales.

 

El primero es el de darnos cuenta que existe en cada uno de nosotros una forma de funcionamiento que utilizamos frecuentemente y que por este simple motivo la tomamos con beneplácito y conformidad.

El segundo aspecto es que este funcionamiento nos caracteriza y nos hace sentir muchas veces como seres portadores de un toque de originalidad personal, cierta extravagancia distintiva y por qué no, algo de genialidad.

Es el ego entonces, la manifestación de la tan buscada diversidad y “subjetividad” humana a la cual las escuelas psicológicas clásicas le dan tanta importancia y las tradiciones espirituales tanta desconfianza.

El tercer aspecto es que el ego es un fiel compañero de batallas y de maneras de actuar en la relación con el mundo diario. Familia de origen, hijos, pareja, compañeros de trabajo o de profesión, vecinos y toda relación que mantenemos día a día necesita de conductas en las cuales se expresa el ego como estructura adaptativa-defensiva. 

El cuarto aspecto es elemental y se desprende de todo lo anterior, no podemos vivir sin este ego que se “activa” ante toda necesidad que proviene de lo interior o de lo exterior.

Es entonces que me permito hacer algunas conclusiones algo contundentes: la primera es que la superación humana existe en la medida en que existen momentos en los cuales la conciencia se expande o abre de tal manera en que “atraviesa” las paredes del ego y nos lleva a un “lugar” que nos parece extraordinario, fantástico, repentino: lo asombroso. Llegamos a la segunda conclusión: podemos suponer que si hemos tenido esta experiencia y la mantenemos en nuestra memoria sin que la consideremos como algo “simpático” o  “inaceptable”, sabremos que existe algo más que la aparente ilusión de una realidad oficialmente subjetiva. Y así llegamos a la tercera conclusión: este momento experiencial es transformador y lo podríamos llamar: un contacto con la experiencia de lo esencial.

La cuarta afirmación es que la conexión con la esencia es aquello que hace que todo sea objetivamente real y hace que todos seamos semejantes aunque diversos como seres humanos; o sea ya no hay un “yo” sino un Ser en todo lo que vemos y sentimos.

El Eneagrama es una estructura de conocimiento que nos guía hacia esa esencia que es nuestra espiritualidad en el sentido más amplio y por ello lejos está de contener una configuración ritual particular. Su uso puede coexistir con cualquier creencia y es la práctica más clara de que se puede crecer por el propio hecho de estar vivo y ser apto para ser un individuo con una búsqueda espiritual, sin necesidad de “intermediarios” y si de compañeros idóneos en el camino que nos puedan orientar.

El Eneagrama es una experiencia esencial para tocar la libertad, la inmensidad, la grandiosidad.

El Eneagrama es entonces: una aventura.

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